Ser actor requiere un continuo esfuerzo mental, debido a una carga de trabajo emocional imperiosa y para muchos de ellos, también físico… cuando deben dar forma a su cuerpo adelgazando o engordando al extremo o como en el caso de los actores de acción,
de apariencia atlética y musculada, hasta el punto que llegan a parecerse a un prototipo humano, la imagen que todos quieren tener. Estos actores deben adquirir conocimientos y habilidades muy pulidas, dedicando un abrumador número de horas diarias al entrenamiento y ensayo.
¿Cuántos actores o actrices de acción que consigan suficiente fama para ser conocidos hay actualmente, que tengan una forma física dejada? ¿Cuántos conocemos que actúen con torpeza o sin estilo? El actor de acción requiere del compromiso de mantenimiento físico. Será la imagen de los personajes junto al lenguaje corporal característico que le toque interpretar.
Los actores cada vez desempeñan más acciones a media dificultad, que hasta ahora correspondían a dobles especialistas. Deberán estar dispuestos a realizar algunas caídas y todas las coreografías de lucha que no impliquen un riesgo real.
Por tanto, este tipo de actores deberá mantener soltura, un nivel aceptable de agilidad y sobre todo de coordinación.
Volviendo a los requisitos generales para poder dedicarse a la actuación, podremos destacar la total dedicación a sus proyectos con una implicación absoluta.
El actor, desde su iniciativa en un gran proyecto y de su elección a interpretar un personaje principal, tendrá que enfrentarse con varios desafíos, pues en la transición a la fama, se verá afectado no solo en su lugar de trabajo, sino también en su condición social, generando en él conflictos que pueden manifestarse con un comportamiento de ansiedad, debe vencer el pudor y estar dispuesto a sacrificar intimidad, la perdida de autocrítica, posiblemente por un sesgo de ego, la tentación de ambientes enviciados, compañías poco recomendadas o derrochar ingentes cantidades de dinero en inmuebles, vehículos, etc.
La leyenda negra que rodea esta fama en los más altos niveles habla incluso de prestigiosos actores internacionales que amasan grandes fortunas y se rodean en oscuros círculos íntimos entre ellos. Realmente, por su peso social son disputados por organizaciones, campañas políticas y religiones como medio de publicidad. Una vez entrando en el juego del “marqueting” ideológico, el actor podrá ganar o perder reputación. Lo más sensato es no implicarse en este tipo de cuestiones, ser discreto y guardarse sus opiniones personales siempre que generen polémica y no sean relevantes en su futuro profesional.
Se ha de actuar en pantalla y en ciertos momentos también fuera de ella, momentos de provocación o de evidencia de un hecho que pueda generar conflicto, no sirve la afirmación “yo soy como soy y al que no le guste, que se aguante”, “soy natural” etc. por una razón muy sencilla, el público admira a los personajes, muchas veces no saben absolutamente nada del actor que está detrás, solo los grandes fans conocen ciertos detalles de ellos.
Por eso, el público, en general, crea una imagen del actor por como conectan con él en sus actuaciones. Un actor que se haga respetar tiene elegancia en su comunicación con la prensa y con el público, es reservado, mantiene la simpatía, es extrovertido ante la cámara y se gana a todo el mundo con estilo y seducción.
Comments