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Foto del escritorChema García

Ficción policial

Actualizado: 6 abr 2022

Las producciones audiovisuales están sujetas a unas específicas reglas morales, no todo vale en la creación de la historia. Existen unas líneas que no se pueden sobrepasar, unos límites que contienen tanto lo políticamente correcto, como el respeto y consideración a culturas, colectivos y entidades. Esas normas también incluyen la representación policial o militar.

- Imagen de la serie policial de TVE "Servir y Proteger"


Es indudable la presencia de personajes policiales o militares en infinidad de blockbuster y que es común en constantes producciones, no solo en el género de acción, sino en cualquier tipo en los que la historia gira al rededor de estos hombres y mujeres al servicio de la seguridad de todos los ciudadanos.


Estos personajes nos ofrecen un amplio abanico que nos da mucho juego, ya que son policías de diferentes cuerpos de seguridad; guardias civiles, agentes secretos, unidades militares... todos ellos en multitud de departamentos, realizando diferentes actividades:

detectives, unidades especiales, policías de seguridad ciudadana, departamentos de ciencia forense, investigación del crimen, guías caninos, protección a personalidades, salvamento y rescate, SEPRONA, unidad NBQR (nuclear, bacteriológico, químico o radiactivo), TEDAX, antiterrorismo, asuntos internos, policía judicial, aduana, tráfico, persecución de narcotráfico, etc.


Ya en los años treinta, en España era común encontrarse obras de teatro con interpretaciones policiales, sumándose internacionalmente a obras cinematográficas de gánsteres y demás cine negro de la época. Esto continuó a lo largo de la difusión del cine y la televisión, adaptándose a varias vanguardias cinematográficas, un género policiaco que permanece sin pasar de moda hasta el día de hoy.


Vamos a introducir el inciso de que entendemos que la ficción tiene un margen para aplicar una realidad subjetiva a discreción de la obra y de su dirección, en pro de lo más conveniente acorde a la historia y contexto. Ciertamente, hoy día la policía es una entidad que está en el punto de mira social en los medios de comunicación y de ciertos sectores que a conveniencia de intereses, pretenden demonizar a los cuerpos de seguridad.


No obstante, por los motivos que comenté al principio de la entrada, NO TODO VALE... y no me refiero a juzgar qué está al amparo o no del derecho fundamental a la libertad de expresión. Se trata de una ley no escrita, que es simple sentido común y que se aplica profesionalmente.

Como en cualquier oficio, nos debemos a una norma ética por encima de todo, implícita en la deontología profesional. En el caso del ámbito audiovisual, implica la existencia de unos límites de creación artística y por tanto, no debe contaminar la obra con sesgos ideológicos personales o insistentes acercamientos políticos por parte de su producción o dirección que puedan perjudicar a la obra o hacer de esta un instrumento de conflicto, ataque o degradación ante una persona física o jurídica, especialmente si se destina dinero público en su producción.


Algunos directores pretenden vender lo que ellos llaman "representar la realidad en la ficción" al contenido que les conviene mostrar para crear interés en el público, aquello que genera polémica, independientemente del grado de autenticidad con el que cuente, eso no es realidad, es sensacionalismo y morbo. La realidad es aburrida, no nos engañemos... pero afortunadamente, una buena dirección es capaz de darle forma a esa realidad y generar con ella un mundo intenso y espectacular sin caer en la bajeza de la mediocridad y la falta de empatía con sus representaciones, si a ello le apoya un guion documentado, creativo y entusiasta... !chapó!


Algunos supuestos que como ejemplos no se consideran propios del mundo cinematográfico podrían ser los siguientes:


Ofrecer una visión normalizada de esclavitud racial = El racismo sin condena, presente en las obras cinematográficas conllevan cancelaciones, vetos a la obra y clasificaciones especiales, como es el caso, entre otros, del clásico largometraje "Lo que el viento se llevó".


Recrear una escena en la que el Profeta Mahoma, Jesucristo o cualquier otro personaje religioso cometa actos obscenos o representarle con tara mental o similares características = Ofensa directa e intolerancia al culto e imagen religiosa, representando a una figura religiosa de manera poco respetuosa.


Representar a un colectivo en defensa de los animales con personajes siniestros y descuidados o dados a la mala vida. = Daño a la imagen y desprecio a las personas que conforman estas entidades aportando un descrédito e irrealidad.


Representar a un personaje hombre (no antagonista) causando daño o tortura a un personaje de mujer (sí, sería posible dentro del marco del argumento que fuera un hombre). = Ataque a la imagen de la mujer rompiendo los valores de equilibrio social y de violencia de género.


Basarse en una argumentación que retrate en una profesión comportamientos o actos incívicos, poco decorosos o delictivos. Como, por ejemplo, representar a todos los controladores de acceso (mal llamados "porteros de club") como matones. Generalizar al funcionariado como vagos, empresarios como explotadores... "Fomentar la visión de una unidad concreta de la policía como conjunto de personas violentas, de posicionamiento político radical y consumidores de drogas", este último ejemplo es donde quiero llegar...


Recientemente, se ha estrenado la serie de TV "Antidisturbios" la cual puedo definir resumiendo como técnicamente bien hecha, muy bien interpretada pero de trama argumental desacertada. Y es que, el resultado no le ha gustado nada a los sindicatos de la policía y a muchos profesionales que nos dedicamos a similares actividades.


Una serie que a través de algunos medios se proclama como la mejor serie de ficción española pero que, sin embargo, a pesar del tirón por su controversia, carece del triunfo que han tenido otras series como "Vis a Vis" que cuenta con cinco temporadas o "La Casa de Papel" con otras cinco temporadas y generando trescientos millones de ganancias en solo los primeros tres meses de su estreno en Netflix, ambas éxito mundial, haciendo de oro a su productor.


Básicamente, la historia de "Antidisturbios" gira en torno a una trama en la que se implica a un grupo de antidisturbios y en la que cada personaje muestra aspectos negativos supuestamente atribuidos al perfil de su profesión (consumo de drogas, maltrato, agresividad...). A todos nos gusta que nuestras profesiones sean tratadas con respeto y reconocidas a través de la pantalla, lo mismo pasa con la institución policial que además lo conforman profesionales que se juegan la vida a diario para llegar hacer la ley a cada rincón del mundo.


No podemos negar que tristemente siempre existe alguna "oveja negra", algún individuo que mancha el buen nombre de la profesión, esto sucede en cualquier gremio y vuelvo a repetir lo que es evidente, que no es de lógica señalar a todo un oficio por ello.


Por regla general, las producciones policiales siempre muestran el respeto debido a la institución en sus representaciones. No quiere decir que sea necesario representar siempre una heroicidad de sus personajes por imperativo, si lo pide la argumentación debe de existir presencia de personajes corruptos o malvados dentro de un cuerpo policial, pero son personajes concretos que dan juego a la trama, nunca se llega al límite de generalizar estas acciones generando una idea equivocada al espectador con tendencia influenciable.


Esto no solo ocurre en la serie "Antidisturbios" puede ser visto en otras producciones españolas como la serie " La Casa de Papel" en la que tanto a la policía como el Centro Nacional de Inteligencia se les atribuye papel de torturadores y asesinos, salvándose de esta condición, en este caso, los personajes policiales que cambian de bando y se enfrentan a sus propios compañeros a favor de los protagonistas que son delincuentes, delincuentes majetes y "alegres bandoleros", "de espíritu RoobinHookiano" pero delincuentes al fin y al cabo.


Afortunadamente, la gran mayoría de las producciones sí ofrecen la experiencia de transmitir los valores de estas personas que han elegido como vocación servir y proteger. Puedo recomendar la reciente miniserie " La Unidad" dirigida por Dani de La Torre Alvaredo, que además de mostrar una thriller con acción e intriga, consigue generar subtramas de las vidas personales de los agentes de policía que conforman este equipo a través de interpretaciones magistrales. Próximamente, publicaré la crítica de esta serie que merece la pena visionar.





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